28.12.11

La Navidad... aquella















Santos Yubero, la Navidad (El País, 28/12/2011)

(1) La lotería ha sido un clásico de la Navidad desde hace décadas. En esta foto de 1944 se puede ver un billete de aquellos tiempos, en el que se aprecia como el tamaño de las participaciones se ha ido reduciendo con el tiempo para que entren en las carteras.
(2) En 1952, plena posguerra, se seguían haciendo los dulces tradicionales de la Navidad, los roscones de Reyes que aún hoy siguen arrasando cada 5 de enero en las pastelerías. Esta foto es de la pastelería Alcoceba, en Puente de Vallecas.
(3) Estampas de deseos detrás de una lámina de cristal. Esta foto refleja a esos niños que ansiaban ver el salón de su casa repleto de regalos la mañana del 6 de enero. La foto es de 1959.
(4) La Plaza Mayor cambiaba de aspecto una vez más. Años después perdería los coches, y luego serían los árboles los que se despedirían de la meca castiza de la ciudad. Lo que permanece inmutable son los puestos de Navidad. Años tras año, diciembre vuelve a resucitar el lado provinciano de la ciudad.
(5) La plaza de Santa Ana lucía así en 1965. La ciudad comenzaba a engalanarse con bombillas blancas por Navidad, y el reclamo comercial de sus calles comenzaba a ser un grito que atraía a las mareas de de gente cargadas de bolsas.
(6) Este nacimiento en la parte trasera de un coche en las calles de Madrid se remonta a 1966. Después de aquella curiosa manera de poner el belén, fueron muchos los que se atrevieron a poner las figuras de cerámica en peceras, parques y todo tipo de sitios. Aún se ve algún nacimiento portátil en el maletero de un coche.
(7) El tamborilero del villancico en Madrid no llevaba zurrón ni tambor, sino una capa y un enorme pandero, herencia de las tradiciones aragonesas y leonesas. Santos Yubero capturó la imagen de este joven músico en las calles de Madrid en 1933;
(8) En 1933 las cestas de Navidad eran cestas de Navidad. El mimbre envolvía los preciados víveres que debían convertir cada comida de las fiestas en un fastuoso banquete. El único problema era el del pavo vivo;
(9) Casas, palmeras, palacios, personajes secundarios, matices de color y vestimenta... Los belenes son un mundo por crear y en la plaza de Santa Cruz en 1933 se exhibían los complementos ideales para hacer del belén una pequeña ciudad en miniatura.
(10) Otra versión de la Plaza Mayor, la de los bancos y las fuentes heladas, fue la que conocieron los madrileños que vivieron la nevada de 1944.
(11) Igual que los Reyes Magos hacen una visita especial a los hospitales españoles en la noche de la cabalgata, en 1944 también iban a ver a los niños que no podían salir de su cama para ver a Sus Majestades transitar por las calles de la capital. En la imagen, los Reyes reparten regalos a los niños del Auxilio Social.
(12) Es curioso comparar las fastuosas carrozas de la cabalgata de nuestros días con la imagen que nos muestra Santos Yubero. ¿Cómo hemos llegado del caballo al trono espacial en el que hoy día pasea el cortejo real? ¿Dónde quedaron las coronas de cartón?.
(13) Hay cosas que no cambian: la ilusión de la mañana de Reyes sigue siendo la misma, y hay juguetes, como el Scalextric, que siguen siendo un clásico bajo el árbol. Sí que es verdad que en 1969 el circuito eléctrico era toda una revelación: y si no, que se lo digan a la niña que está en la cabecera de la mesa.

23.12.11

El come-cocos planetario





(1) Ilustración de las estrellas en movimiento en la región central de una galaxia elíptica gigante que tiene en su centro un agujero negro supermasivo.
(2) Ilustración del agujero negro de la galaxia NGC3842 (sobre una foto de la misma). El agujero es siete veces mayor que la órbita de Plutón.

Un par de agujeros negros mucho más masivos que cualquiera encontrado hasta ahora, dos auténticos monstruos celestes, han sido descubiertos en el universo a distancias relativamente cercanas a la Tierra. Si hasta ahora el mayor agujero conocido tenía una masa equivalente a unos 6.300 millones de veces el Sol (en la galaxia M87). Los dos nuevos, en el centro de dos enormes galaxias elípticas, tienen masas de 9.700 millones de soles, uno de ellos, y algo más el otro.     (El País, 05/12/2011

(3) Ilustración del agujero negro Cygnus X-1 tragando materia de la estrella con la que forma un sistema binario. Tres equipos de astrónomos han logrado determinar la masa, la rotación y la distancia a la Tierra de un agujero negro especialmente famoso, Cygnus X-1, y con esos parámetros han reconstruido su historia.

El objeto tiene casi 14,8 veces la masa del Sol, gira 800 veces por segundo y está a 6.070 años luz de aquí. Fue identificado como candidato a agujero negro hace casi cuatro décadas, pero entonces el gran especialista Stephen Hawking no estaba convencido y, en 1974, apostó con un colega y amigo, el físico teórico estadounidense Kip Thorne, a que no se trataba de tal objeto. Perdió.

En 1990, cuando ya se habían hecho más observaciones de Cygnus X-1, el físico británico aceptó la derrota. Fue una de las varias apuestas que Hawking y Thorne han hecho sobre cuestiones científicas."           (El País, 21/11/2011)

12.12.11

"Hollywood es un lugar donde te pagan 1.000 dólares por un beso y 50 centavos por tu alma. Lo sé porque rechacé la primera oferta bastante a menudo y cobré siempre los 50 centavos"

Milton H. Greene fotografió a Marilyn Monroe durante sus años de mayor esplendor. Su fama como fotógrafo se la debe al trabajo que realizó con la actriz entre 1953 y 1957, época a la que pertenecen estas imágenes

 

" En 1954 Marilyn Monroe hacía los equilibrios propios de una estrella que está en la cresta de la ola. Recién casada con Joe DiMaggio y pese a que solo tenía 28 años, le pareció un buen momento para escribir sus memorias y así aclarar en primera persona las confusas historias que circulaban sobre su infancia y adolescencia, su fugaz primer matrimonio o sus orígenes en Hollywood. 

Además, escribir su vida le permitiría demostrar que aunque se había hecho famosa con papeles de encantadora rubia tonta no lo era tanto. No solo tenía ideas propias sino que no le asustaba expresarlas. 

"Hollywood es un lugar donde te pagan 1.000 dólares por un beso y 50 centavos por tu alma. Lo sé porque rechacé la primera oferta bastante a menudo y cobré siempre los 50 centavos", escribe en uno de los capítulos de My story, editada ahora en España por Global Rhythm en una edición que incluye las imágenes exclusivas de uno de sus fotógrafos de cabecera, Milton H. Greene, quien por los azares que rodearon a este accidentado libro (oculto hasta 1974, 12 años después de la muerte de la actriz) acabó siendo dueño de sus derechos. (...)

Un mes después de las entrevistas, el guionista ya tenía el borrador. A la actriz le gustó, tenía su voz, era ella. Michel Schneider, autor del libro Últimas sesiones con Marilyn, que narra la terapia con el que sería su último y más influyente psicoanalista, Ralph Greenson, escribía hace poco que de todos los libros que existen sobre la estrella My story está entre los imprescindibles. "Aquí Marilyn se revela como una escritora dotada, vulnerable y sensible", dice Schneider.

Lo cierto es que el libro fluye a toda velocidad, en gran medida gracias a sus vivos diálogos. Parece ligero pero está cargado de intención. Hecht puso orden a los pensamientos de una mujer que ya mostraba su resentimiento hacia Hollywood y su tendencia depresiva:

"Sí, había algo especial en mí y sabía de qué se trataba. Yo era el tipo de chica a la que encuentran muerta en su dormitorio con un frasco de somníferos en la mano".

El libro recoge anécdotas e impresiones de sus años como actriz pobre y anónima ("Cuando recuerdo aquel Hollywood desesperado, embustero y pedigüeño que conocí hace tan solo unos años, me entra un poco de nostalgia. Era un lugar más humano que el paraíso primero soñado y luego encontrado.

La gente que lo poblaba, los impostores y fracasados, resultaban más llamativos que los hombres ilustres y los artistas famosos a quienes conocería muy pronto"); sus primeros choques con la realidad de aquel sueño ("En Hollywood la virtud de una chica importa menos que su peinado") y, una vez más, con los vaivenes de su propio ánimo ("Pero no todo era completamente negro... aún no. En realidad nunca lo es. Cuando eres joven y gozas de buena salud, el lunes puedes planear suicidarte y estar riendo de nuevo el miércoles").

Marilyn relata con una naturalidad que asusta cómo su primera experiencia sexual fue (aunque no use la palabra) una violación. O cómo su primer amor (que no fue su primer marido, sino un amante que tuvo años después y cuya identidad oculta porque es un hombre casado) la maltrataba:

"Cuando él entraba en mi habitación y me tomaba en sus brazos olvidaba todos mis problemas. Incluso olvidaba a Norma Jeane. Incluso olvidaba que no era fotogénica. [...] 'Lloras con demasiada facilidad', me decía. 'Es porque tu mente no está suficientemente desarrollada. Comparada con tus pechos, es embrionaria...' [...] No me importaba ser una estúpida si él me amaba. Yo andaba por el arroyo y él por la acera".

Finalmente, dejó al tipo, aguantó el tirón de la soledad como pudo y siguió su camino. Después, entró en su vida Johnny Hyde, el cazatalentos que convirtió a Norma Jeane en Marilyn y que fue, hasta su temprana muerte, su mejor amigo y aliado. (...)

La mujer más deseada de Hollywood llegaba tarde a las citas porque se distraía vaciando y llenando compulsivamente la bañera:

"A veces conozco la verdad de lo que estoy haciendo. No es Marilyn Monroe la que está en la bañera, sino Norma Jeane. Estoy dándole gusto a Norma Jeane. Solía tener que bañarse en el agua que habían utilizado seis u ocho personas. Ahora puedo bañarme en agua tan limpia y transparente como el cristal. Y parece que Norma nunca tenga suficiente agua limpia".               (El País, Vida y Artes, 11/12/2011, p. 42 )