"El fotógrafo personal y amigo de Hitler Heinrich Hoffmann captó una serie de vergonzantes fotografías del dictador nazi ensayando discursos de diversas maneras.
Hitler era muy consciente de su apariencia y quería experimentar con diferentes expresiones y gestos, para después revisar las tomas de Hoffmann y ver si parecía persuasivo o ridículo.
Aunque Hitler ordenó a Hoffmann destruir las imágenes por estar "por debajo de su dignidad", el fotógrafo decidió conservarlas en su estudio." (Cultura Inquieta, 30/11/15)
Hitler era muy consciente de su apariencia y quería experimentar con diferentes expresiones y gestos, para después revisar las tomas de Hoffmann y ver si parecía persuasivo o ridículo.
Aunque Hitler ordenó a Hoffmann destruir las imágenes por estar "por debajo de su dignidad", el fotógrafo decidió conservarlas en su estudio." (Cultura Inquieta, 30/11/15)
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