1.5.10

Marilyn Monroe, icono sexual... leyendo... trabajando...




Estudiando el método de interpretación del Actor's Studio







(Ojeando un libro sobre Goya, con cuyas pesadillas se identificaba)




Trabajando...


(1) Autor desconocido, (2) Alfred Eisenstaedt, (3) Elliot Erwit, Marilyn leyendo el método del Actor's Studio, (4) Eve Arnold, (5) Eve Arnold. Marilyn leyendo el 'Ulyses', de Joyce; (6) Ed Clark. Marilyn, con 24 años, (7 y 8) Ed Clark, (9) Descansando en el hotel Bel Air de Los Ángeles en 1952 (El País, 03/10/2010) ; (10) Ojeando un libro sobre Goya (El País, 30/09/2010)


"Cuando Marilyn Monroe leía a Lorca y Alberti.

 ¿En qué se parecía Marilyn Monroe a Norma Jean? Es una pregunta que siempre girará alrededor del mito. ¿Qué tenía dentro de la cabeza la cara más conocida de su tiempo? Entre otras cosas, muchos libros, a la vista del inventario que hizo la casa de subastas Christie’s de su biblioteca personal, en la que hay más de 400 volúmenes de primer nivel. (...)

También otra en la que hojea un catálogo de Francisco de Goya. Sin embargo, ésa no es la única prueba de su interés por la cultura de España, porque ahora que se ha hecho público el catálogo de sus tesoros hemos descubierto dos libros de poesía que nos atañen, los que aparecen señalados con los números 264 y 268 y que son, respectivamente, una antología de poemas de Rafael Alberti y Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca. Conociendo a Alberti, me puedo imaginar sin hacer ningún esfuerzo que de haberlo sabido, pocas cosas le habrían hecho tanta ilusión en su vida. (...)

“leía mucho, hablaba a menudo de poetas españoles o de sus pintores favoritos, que eran Velázquez, Goya y Picasso”. (...)"           (   ,  El País, 18 NOV 2014)

"La edición de sus diarios evoca su escondida faceta de escritor.

Marilyn Monroe fue uno de los grandes iconos cinematográficos de la belleza, protagonizó películas, iluminó portadas de revistas y fue eterno objetivo de las cámaras. Pero en casa, lejos de las luces, su lado introspectivo e intelectual le hacía enfrentarse con su realidad: la frustración de ser tomada sólo como un símbolo sexual.

Así lo demuestran varios pasajes de los diarios escritos por Marilyn Monroe. En ellos hay poemas, anotaciones sobre sus estudios sobre el Renacimiento y hasta recetas de cocina. Todo este material se recogerá en un libro que se publicará en octubre por Editions du Seuil, en Francia, y por Farrar, Straus and Giroux, en Estados Unidos, con el título de Fragmentos.

Estos textos los escribió la actriz desde su adolescencia y hasta 1962, el año de su trágica y misteriosa muerte a los 36 años. Su amigo y profesor de interpretación Lee Strasberg custodió este legado que al fallecer pasó a manos de su mujer, Anna, quien ha decidido publicarlos ahora con la ayuda del editor francés Bernard Comment. "Hay un cierto tono melancólico en el libro", explica,. "Y lo que es muy hermoso, en algunas de sus notas se ve una asociación de ideas, a pesar de que están desperdigadas por toda la página".

Según el editor, muchos de los escritos de Marilyn Monroe contienen reflexiones que los convierten casi en un psicoanálisis de sí misma. "Creo que no sólo disfrutaba escribiendo sino que necesitaba organizar su vida convirtiendo en anotaciones sus sentimientos".
Para Courtney Hodell, editora de Farrar, Straus and Giroux, las frustraciones de la artista han quedado manifiestas en Fragmentos. "Era una gran lectora y con gran talento al escribir", apunta "Hay piezas de poesía preciosas, párrafos que llaman la atención". (El País, ed. Galicia, gente, 30/04/2010, p. 53)

"El aullido poético de Norma Jean. Un libro recoge los versos inéditos de Marilyn Monroe, sobrecogedor retrato de la cara más amarga del mito - La muerte, el desamor y la soledad son algunos de sus temas.

Marilyn Monroe leía y escribía de manera compulsiva desde su adolescencia. Lo hacía en los tiempos muertos de los rodajes, en los monótonos días en hoteles, durante sus reincidentes crisis emocionales y, también, durantes los escasos momentos de felicidad que tuvo. Anotaba sus pensamientos, caóticos a veces, poéticos casi siempre, en cuadernos, hojas sueltas o facturas.

Escribió sobre la muerte, el suicidio, el abandono, el desamor y el miedo. Habló de su soledad y, entre notas de recetas de cocina, cartas a sus médicos y deseos cotidianos, pidió socorro en silencio en versos desolados: "Vida- / soy de tus dos direcciones. / De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo / casi siempre...".

El libro Fragmentos, que en España edita Seix Barral, saldrá a la venta en todo el mundo el próximo 6 de octubre (El País Semanal ofrecerá en exclusiva un amplio adelanto este domingo con fotos y textos inéditos).

El volumen reúne por primera vez los poemas y escritos inéditos de la actriz, documentos que muestran la otra cara de una mujer obsesionada con encontrar su identidad en un sistema que le negaba cualquier pulsión propia, creativa e intelectual. Una mujer que se sintió acorralada por un papel del que -en el fondo- no la dejaron salirse nunca, el de la rubia tonta que le obligaron a interpretar hasta su trágica muerte, en 1962. (...)

Entre sus poetas favoritos, Milton y entre sus pintores, Goya: "Conozco bien a ese hombre, tenemos los mismos sueños, llevo desde pequeña teniendo los mismos sueños", escribió una mujer marcada por una infancia atroz, huérfana de padre y víctima de una madre loca que jamás se hizo cargo de ella. De su infancia, Marilyn recordaba con especial pavor el día que tirotearon en su presencia a su perro Tipp, escena que le dejó de por vida su tono de voz titubeante.

Era una mujer insegura, triste, depresiva y autodestructiva. También era alegre, o como decía ella: "Sé que nunca seré feliz pero sé que ¡puedo ser muy alegre!". Sus escritos son la huella de las subidas y bajadas de una personalidad extremadamente sensible que le hizo dar tumbos entre maridos, amantes, hospitales y rodajes hasta su muerte a los 36 años. Adicta a las pastillas, vivía condicionada por un desquiciante pulso con el insomnio: "Anoche volví a pasar despierta toda la noche. A veces me pregunto para qué sirve el tiempo nocturno. Casi no existe para mí, todo me parece un largo y horrible día". (...)

De sus textos mecanografiados cuando apenas tenía veinte años, y en los que describe al detalle sus sentimientos al descubrir la infidelidad de su primer marido, James Dougherty, a los poemas emborronados y extrañamente puntuados de los últimos tiempos. Muchos de ellos, dedicados a su tercer marido, el dramaturgo Arthur Miller. Ella escribe del desamor de un hombre que todavía amaba:

"Mi amor duerme junto a mí / en la débil luz -veo su viril mentón / aflojarse -y la boca / de su adolescencia regresa/ con una blandura más blanda/ su sensibilidad temblando / en la quietud / sus ojos tienen que haber excrutado el exterior / maravillosamente desde la gruta de su/ adolescencia -cuando las cosas que no entendía- / las olvidaba/ pero tendrá este mismo aspecto cuando esté muerto / oh hecho insoportable e inevitable / pero ¿preferiría que llegase la muerte / de su amor antes que la suya propia?".

Pero quizá nadie fue más certero a la hora de explicar la tragedia de Marilyn Monroe que el escritor Norman Mailer, quien al preguntarle por el suicidio de la actriz dijo: "Para sobrevivir habría tenido que ser más cínica o por lo menos estar más cerca de la realidad. En lugar de eso era una poeta callejera intentando recitar sus versos a una multitud que le hacía jirones en la ropa". (El País, 30/09/2010)

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