"Viernes, 3 de julio, cinco de la tarde. 42 grados al sol quieren derretir la M-50. Un hombretón de 40 años vuelve a casa después del trabajo. Cien kilómetros diarios se come su Twingo negro entre Fuenlabrada y Loeches. Le espera su familia. Lleva la silla del niño atrás. Quizá empieza hoy sus vacaciones.
A este ritmo, en 20 minutos llega. El tráfico es fluido en esta nueva vía de circunvalación. Los atascos, de haberlos, estarán en las autovías de la costa.
De repente, la furgoneta de delante da un volantazo y se materializa ante su parabrisas un Toyota Corolla de frente por su carril. Una bola de una tonelada se precipita sobre él a 140 por hora. El impacto, brutal, deja al Twingo varado 150 metros más allá, en el punto kilométrico 26,150 de la autopista M-50 de Madrid. Dentro, con el cinturón puesto, el cadáver reventado de la primera víctima de la Operación Salida de julio de 2009." (Los guardianes del asfalto. El País Semanal, 02/08/2009, p. 40)
A este ritmo, en 20 minutos llega. El tráfico es fluido en esta nueva vía de circunvalación. Los atascos, de haberlos, estarán en las autovías de la costa.
De repente, la furgoneta de delante da un volantazo y se materializa ante su parabrisas un Toyota Corolla de frente por su carril. Una bola de una tonelada se precipita sobre él a 140 por hora. El impacto, brutal, deja al Twingo varado 150 metros más allá, en el punto kilométrico 26,150 de la autopista M-50 de Madrid. Dentro, con el cinturón puesto, el cadáver reventado de la primera víctima de la Operación Salida de julio de 2009." (Los guardianes del asfalto. El País Semanal, 02/08/2009, p. 40)
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